Cómo Prevenir Rabietas Infantiles

Probablemente no me equivoque si afirmo que todos habéis sido víctima en alguna ocasión de la rabieta de vuestro hijo o hija. La situación suele ser bastante desconcertante sobre todo porque en la mayoría de los casos no sois conscientes del porqué de dicha rabieta.

La rabieta no es más que una respuesta del niño ante una situación que se escapa a su control. Suelen aparecer a partir del primer año de vida, siendo más frecuentes entre los 2 y 4 años de edad. Sus causas pueden ser variadas, pero podemos clasificarlas en tres tipos:

1. El niño tiene una necesidad física. Es decir, hambre, cansancio, sed, etc., y no sabe manifestarlo de otra manera.

2. Falta de información. Ha sufrido una regañina y no ha conseguido comprender el porqué puesto que hemos omitido información relevante para él.

3. Frustración o miedo. Nuestro hijo tiene una capacidad de autocontrol muy pequeña, en tanto que el mundo que le rodea le pone ante muchas situaciones que desconoce y necesita sacar lo que lleva dentro.

Las rabietas son situaciones de mucho estrés tanto para el niño como para el adulto. Por duro que resulte, cuando hay una situación de este tipo debemos dejarle su espacio y permitirle que saque lo que tiene dentro, pero al mismo tiempo hemos de evitar que se sienta ignorado. Debemos acompañarlo siempre en esas rabietas, que vea que estamos ahí, de manera que cuando no podamos estarlo entienda que es por algo realmente importante.

Ser padre no es fácil, pero ser niño lo es aún menos. Hay que armarse de paciencia para poder ayudarles.

Recordad que es importante que los niños entiendan el porqué de las cosas. Un niño no puede entender que las cosas son así porque sí, necesitan información suficiente.

Espero que estas pautas os sirvan de ayuda y podáis hacer frente a estas situaciones.