¿Recortes en educación?
Durante todo el tiempo que llevamos inmersos en esta crisis los partidos políticos han jurado y perjurado que no habrá recortes en educación. Huelga decir que mienten, han mentido y seguirán mintiendo. Ni unos ni otros van con la verdad.
Trabajo en un centro educativo de compensatoria, es decir, para prevenir y compensar las situaciones de desigualdad en la educación derivadas de factores sociales, económicos, geográficos, culturales, étnicos o de otra índole. La mayor parte de nuestro alumnado encaja en una o más de estas situaciones.
Los responsables políticos de turno han hecho que la ayuda que recibíamos para compensatoria haya pasado de 14 mil euros a apenas 7 mil en los últimos tres años. Si esto no son recortes miedo me da saber lo que harán cuando lo sean de verdad.
Evidentemente estos recortes no sólo han sido en mi colegio, sumad todos los centros de compensatoria de la comunidad andaluza y saldrán muchos millones de euros que me gustaría saber adónde han ido a parar.
Pero claro, si de normal los centros educativos se las traen al pairo, cómo les va a interesar invertir en compensatoria.
Parte de estas ayudas son empleadas para comprar los libros de educación infantil, que no entran dentro del programa de gratuidad de libros. De esta manera, las familias sólo tienen que aportar los materiales que cada maestro considera necesario para la tarea de aula: lápices, colores, cartulinas, plastilina, etc.. Si a estos libros se destinan unos 3 mil euros, podréis entender que hasta los 7 mil con los que contamos, hemos de hacer verdaderos esfuerzos para administrar con la mayor coherencia posible el presupuesto.
Otra parte de estas ayudas las empleamos en que nuestro alumnado pueda acudir a representaciones de teatro, visitas a museos, compra de libros para la celebración del Día del Libro, etc., en definitiva invertimos en una cultura que de de otra manera no podrían permitirse.
La reducción de las ayudas no van a conseguir mermar nuestros deseos de luchar contra la exclusión. Trabajamos cada día unidos, convencidos de poder evitar el negro futuro que a día de hoy espera a nuestro alumnado fuera de la escuela. Debemos darles cada día el máximo de nosotros, enseñarles que existen infinidad de caminos, que cuando una puerta se cierra otra se abre. Si somos capaces de sacar adelante aunque sea a uno de ellos, todo habrá merecido la pena.