¿Qué soy?

Hasta ahora yo creía tener muy claro lo que soy: maestra. Echando mano de la RAE, he buscado el significado de tal palabra y esto es lo que he encontrado: "Persona que tiene título para enseñar en escuela de primeras letras las materias señaladas en la ley". Para mí está claro: soy maestra.

Seguramente os estéis preguntando que si lo tengo tan claro por qué escribo un post con ese título. Pues bien, la sociedad ha evolucionado, la mujer ha entrado en el mundo laboral y esto ha traido consigo toda una modificación en el mundo educativo y social.

Los progenitores suelen trabajar los dos fuera de casa por lo que surge una nueva demanda a la escuela: la necesidad de que los niños entren más temprano por la mañana a las escuelas y puedan permanecer en ellas hasta más tarde. La solución no fue difícil: un plan de apertura. De este modo que los niños pueden acceder al centro a las 7:30 en el aula matinal y tras las clases pueden permanecer en los talleres extraescolares. Esta solución ha sido bastante interesante y, a la vista de los resultados, muy buena.

Actualmente nos encontramos con que las familias poco a poco han ido abandonando ciertas funciones educativas y éstas, a pesar de no correspondernos a los maestros o a las escuelas, nos son exigidas a diario. Basándome en mi ámbito, que es la educación infantil, diré que mis funciones no son hacer que un niño deje de usar chupete, deje de tomar biberones, limpiarle el culo a pesar de tener ya 5 años, y todo un largo etcétera. Mis funciones son enseñar normas de convivencia, enseñar formas, colores, seriaciones, agrupamientos, suma, adquisición de autonomía...

Mi trabajo como maestra ha de tener una continuidad en el hogar, no podemos separar los dos ámbitos (escuela-familia). Si yo intento inculcar normas de comportamiento tales como comer sentados, masticar con la boca cerrada, sonarse los mocos, lavarse las manos, etc., eso necesita ser reforzado en casa. De nada sirve mi labor durante 5 horas si en las 19 restantes ésto no está presente.

Los maestros hemos pasado de ser enseñantes o educadores a ser además padres, madres, psicólogos, orientadores, cuidadores, etc. La sociedad nos ha inundado de responsabilidades que no nos incumben y, al mismo tiempo, se nos ha quitado toda la autoridad.

La siguiente viñeta la utilizo para mostrar cuál es el verdadero sentir de la profesión y para llamar un poco a la reflexión a la sociedad de modo que cada palo aguante su vela.

La pura realidad actual

La imagen que acompaña al post procede de Canarias7