La Consejería iguala provocando desigualdad
Alucinando me quedo cuando descubro que las religiones, lejos de quedar fuera de las escuelas como sería lógico y conveniente siendo este un estado aconfesional, encuentran una vía legislativa para introducirse con más fuerza dentro de esta. Me explico, hasta ahora la religión mayoritaria en las escuelas, y la única que por ley se proporcionaba de manera obligatoria en estas, era la católica. A día de hoy y mediante la colaboración de Luciano Gómez, presidente del Consejo Autonómico, la enseñanza de la religión evangélica será de oferta obligatoria para los centros docentes sostenidos con fondos públicos de Andalucía a partir del próximo curso escolar 2012-2013. Esto se recoge en un convenio de colaboración firmado entre la Consejería de Educación y el Consejo Evangélico Autonómico de Andalucía (CEAA). Según Luciano Gómez "de esta manera se cumple una gran reivindicación del colectivo evangélico en Andalucía, y además se facilita desde las administraciones públicas la libertad religiosa y la equiparación de la religión evangélica con otras religiones".
Hasta aquí se podría decir que si en las escuelas tenemos la religión católica, y puesto que no hay intención de sacarla de ahí, también es lógico que la religión evangélica tenga su espacio. Ahora bien, si me paro a pensar en mi situación diaria de aula, la igualdad de unos se convierte en la desigualdad de otros: en mi clase tengo 25 niños, de los cuales uno es evangélico, siete son musulmanes y el resto católicos. Todos y cada uno de ellos tienen oferta en el centro de sus respectivas religiones, a excepción de los musulmanes, que se quedan sin religión en la escuela. Parece bastante ilógico, ¿no? Estos siete alumnos musulmanes son sacados del aula cuando se da clase de religión. Con 4 años a veces cuesta entender que siempre sean ellos los que se tengan que marchar del aula y hacer cosas diferentes a los demás.
Lo más curioso e irónico es que al inicio del curso educativo a todos los padres se les entrega un papel para que marquen con una X la enseñanza religiosa que quieren que reciban sus hijos. La musulmana está en ese papel para ser marcada, y la pregunta es: ¿para qué les permitimos marcarla si no se oferta realmente?, ¿una pantomima?
Con los musulmanes también existen convenios pero en su caso no se implanta la obligatoriedad de ofertar dicha religión en los centros públicos y concertados, siendo este punto el origen de mi crítica: o todas o ninguna. Ya existe bastante discriminación como para que el gobierno central o los gobiernos de las diferentes comunidades autónomas la fomenten.
Para poner fin a este post he de decir que la religión en la escuela es un debate que el PSOE nunca quiso afrontar por miedo a perder votantes, atreviéndose única y exclusivamente a hacer una ley de libertad religiosa que bien poco vino a solucionar. Y el PP tiene muy claro que con y por la iglesia y la religión hay que morir, si no, no se entiende que sea la única que no ha perdido con los recortes.
Este debate para mí es muy claro y puedo definir mi postura con una frase: No reces en mi escuela y no enseñaré en tu iglesia. Quiero una escuela pública, laica y con recursos.