Educar: difícil desempeño

Hemos vivido a lo largo del tiempo, en referencia a la educación, pasos que no han sido más que ir de un extremo a otro.

Antes, cuando un niño hablaba, los adultos tenían la tendencia de mandarlo a callar; hoy día, los adultos callan y el niño se convierte en el centro de atención.

Antes, cuando los niños volvían a casa tras la escuela, al menos uno de los miembros de la familia estaba en casa; hoy día, es muy probable que al volver a casa, ésta esté vacía durante toda la tarde.

Hemos cambiado, la sociedad ha cambiado. Ahora os empeñáis en que vuestros hijos no sufran, que no fracasen, que no se aburran, etc.. Pero hay que ser conscientes de que es necesario que aprendan a fracasar, a sufrir. Todos antes o después pasamos por momentos difíciles, por lo tanto es muy importante que dejéis a vuestros hijos hacer por sí mismos todo aquello que puedan hacer solos. Ayudad cuando no sean capaces de hacerlo, nunca antes. Tenéis que permitir que se conviertan en personas autosuficientes, capaces de aceptar las frustraciones, los errores. Si intervenís antes podréis estar cometiendo el error de hacerles demasiado dependientes de vosotros y, como consecuencia de ello, incapaces de madurar.

Sé que hoy día todo son prisas, se vuelve a casa tarde y cansados, no apetece regañar, se consiente todo a los niños pensando que así serán más felices. Poco a poco y sin querer vais pasando la mano en muchas cosas a vuestros hijos, delegando vuestra responsabilidad de educar a la escuela, a la persona que cuida a vuestros hijos en vuestra ausencia, etc.. Gran error. La responsabilidad es de los padres.

Nada que compréis a vuestros hijos puede suplir vuestro cariño y vuestro tiempo compartido con ellos.